Estable, rígida y con una potente señal de salida. En una palabra: metalera.
Schecter ha tenido el buen gusto y el acierto de montar para la mayoría de sus modelos, componentes de marca sin perjudicar al precio final. EMG, Grover y Floyd Rose Original son el ribete a un trabajo de carpintería y pintura exquisito realizado sobre maderas de buena calidad y la producción coreana sólo se deja ver en el texto del sello del seriado.
Una guitarra de mil y muchos euros por mil y poco. Una elección acertada apta sólo para sonidos potentes, bluesmans y brit-pops abstenerse.