Espíritu renacido, una auténtica "B_Stock" que llegó muy tocada de electrónica y con el alma tan trastornada como la de Jason Voorhees.
Tras el trabajo de luthería se ganó el derecho a brillar con pastillas Seymour Duncan y clavijero Grover, coincidiendo con el estreno de la última película de la saga en 2009.
Rápida y contundente pese al calibre de las cuerdas, hace honor a su nombre siendo uno de los cadáveres resucitados que más guerra han dado en estos años.