Sí que lo hicieron bien. Unos veintipocos años debe tener esta strato, copia muy fiel de las Fender, que entró en el taller en piezas y ha salido de "kilómetro cero". Todas las piezas excepro el trémolo y el tapón del conmutador (y algún tornillo) son las originales y tras una buena terapia de ajuste y limpieza vuelve a lucir con su característico estilo.
Como a finales de los 80s aún no se pensaba demasiado en los campos electromagnéticos, las pastillas eran unos excelentes receptores de ruido, así que después de limpiar bien se apantalló la cavidad y el golpeador, haciéndola menos sensible a los ruidos. La tentación de pulir la laca y el golpeador fue importante, pero nos pareció más interesante que conservara el pequeño rastro de quién sabe cuántas púas.
Sobre el sonido hay poco que decir, es el típico strato S-S-S un poco añejo y algo dulzón en medios y graves.
La Samick Stratocaster es una pre-clásica que seguro que a más de uno le hace rememorar tiempos de guitarras de 30.000 pesetas y cigarrillos a medias.
que bonita