No sé en qué pensaban exactamente Leo Fender y compañía al bautizar al "Precision", probablemente sólo querían referirse a la innovación de los trastes en esta revolucionaria "guitarra-bajo", pero verdaderamente acertaron en el nombre. 60 años después la ergonomía sigue siendo admirable y la simplicidad de sus componentes hacen de él el caballo de batalla de innumerables bajistas.
La edición que ha pasado por el taller es de 2011 y fabricada en México, impoluta y muy cuidada, redonda de sonido y con alguna innovación con respecto a sus predecesores.